Conocimos a Franck Vigroux hace años en el Berghain de Berlín durante una prueba de sonido. Por aquel entonces actuaba con Mika Vainio, con quien Vigroux colaboraba a menudo.
El primer tema de "Ballades sur lac gelé" se remonta a aquella época. Se creó bajo la impresión de esta colaboración y amistad con Mika Vainio. Este álbum está dedicado a él.
La obra de Vainio también es significativa en relación con la historia del raster, por lo que era lógico y nuestro deseo publicar este álbum de Franck Vigroux.
Con el comienzo de la pandemia de la corona, Franck Vigroux retomó este primer material, siguió formulándolo y completó el presente álbum "Ballades sur lac gelé". El título ya define el tema de la balada, una "canción/poema con estructuras muy mínimas" (cita de Vigroux).
"Ballade" es también un juego de palabras con la palabra francesa "balade", en este sentido un paseo, un paseo sobre un lago helado. Las estructuras reducidas y frías lo reflejan. Pero al mismo tiempo, bajo la superficie, las alfombras sonoras (a menudo distorsionadas) aumentan sin cesar hasta alcanzar una potencia inmensa. Como hielo que crece y fuerzas tectónicas que tienen que entrar en erupción, a modo de glaciar.
Vigroux es muy hábil creando música en este entorno minimalista. El entrelazamiento de muy pocos elementos musicales crea una especie de banda sonora de múltiples capas y, al mismo tiempo, universalmente inteligible.