Parece ser que tu carrito está vacío
Desde sus primeros segundos, Let's Turn It into Sound suena inmediatamente como un nuevo y audaz capítulo en la discografía de Kaitlyn Aurelia Smith. Una secuencia retorcida y caleidoscópica de mutantes melodías circenses y martilleantes bombos introduce la voz de Smith, que a menudo da saltos extremos entre las notas. Ráfagas de golpes percusivos, sintetizadores burbujeantes y vientos de madera aparecen y desaparecen sin previo aviso, y ritmos espinosos caminan dormidos hacia los tenues saxofones que prefiguran la pista siguiente. Lejos del pop ambiental de The Kid o de las templadas meditaciones new age de Tides y The Mosaic of Transformation, Let's Turn It into Sound es un ajetreado y colorido choque de ritmos hiperactivos y voces entrecruzadas que su creador describe con precisión como "un rompecabezas".
"Is It Me or Is It You?" (¿Soy yo o eres tú?) comienza con un ritmo de baile más rítmico, al que se superponen capas de voces en distintos tonos. Después de algunos pasajes sin ritmo, las voces distorsionadas y somnolientas de Smith preguntan si la están viendo, mientras un fuerte ritmo tecno se agita. Otras piezas oscilan entre ritmos semidanzables, chirridos electrónicos e hipnóticos ejercicios vocales.
Es una obra densa e imprevisible, pero nunca se siente excesivamente tensa, ya que Smith le da mucho respiro. Cuando llegan los ritmos, son rápidos y propulsivos, pero como el resto de sonidos y texturas, son maleables y no se dirigen en una sola dirección. "There Is Something" estira su tempo hacia arriba y hacia abajo, y los ritmos a menudo cambian bruscamente a la inversa. La breve conclusión, "Give to the Water", es una relajante bajada, todo sintetizadores ondulantes y extensas frases vocales. Let's Turn It into Sound es una construcción compleja y angulosa, pero no es una obra exigente e impenetrable, ya que Smith invita al oyente a acompañarla en un viaje enérgico y sin límites.