Cuando Kompakt conoció a Harm Coolen y Merijn Schotte Albers aka WEVAL, con sede en Ámsterdam, allá por 2014, nos quedamos boquiabiertos al escuchar sus temas de combustión lenta y oscura emotividad. Su EP de debut "Half Age" en Atomnation presentaba un pop de cámara electrónico dolorosamente íntimo y sorprendentemente cinético que nos convenció de que encajaban perfectamente en la familia de Kompakt. Después de dos EPs ampliamente aclamados para Kompakt y de tocar en numerosos festivales como DGTL, Reeperbahn, Iceland Airwaves y Piknic Electronik, ahora vemos a los dos abordar su debut homónimo de larga duración WEVAL. Lo que tienes ante ti no es una mera colección de canciones, sino una experiencia auditiva completa con flujo orgánico, peso emocional y un hilo narrativo.

Encantados con el enfoque personal y pegadizo de WEVAL para producir música electrónica oscura, no hizo falta mucho para ganarnos... y así llegó el aclamado debut de WEVAL en 2014 con el sello EASIER EP (KOMPAKT 318), seguido de la audaz y hermosa oferta de 2015 IT'LL BE JUST FINE / GROW UP (KOMPAKT 344) que vio a los dos soundmiths profundizar más que nunca en las granularidades del funk electrónico. Sin embargo, la música de Harm y Merijn -aunque asombrosamente bien formada incluso en sus primeras etapas- siempre pareció destinada a más, un formato más grande, más espacio para explorar los recovecos de su cosmos sonoro en rápida evolución. En pocas palabras, necesitaban pensar en un álbum y su querido estudio de salón ya no daba más de sí.

Un antiguo edificio escolar se convirtió en el nuevo hogar de WEVAL, reutilizado para albergar pequeñas empresas creativas, pero en el verano de 2015, estaba abandonado la mayor parte del tiempo, con todo el mundo al sol mientras nuestros héroes convertían el ático del edificio en un lugar ideal para hacer algo de ruido, tener acceso las 24 horas y perder la noción del tiempo. Y aparte del desalojo de un inquilino de dudosa reputación, algún que otro partido de fútbol con amigos y conciertos en directo por toda Europa, el ambiente de concentración no se vio interrumpido. Tampoco es que buscaran distracciones: "Trabajar en el álbum nosotros solos en este maldito ático caluroso era lo único que teníamos en mente", admiten los artistas. Y decidieron que su álbum no sonara demasiado limpio: "Intentamos encontrar la belleza en la imperfección. Hace que las cosas suenen más humanas".

Weval no se inspira en un único género musical, sino en un cúmulo de músicas que les inspiran. Los resultados presentan una visión asombrosamente coherente: cortes como el dramático THE BATTLE, el gruñido de bajo I DON'T NEED IT o la épica y triposa MADNESS comparten el mismo ADN de nostalgia desbordante, una habilidad para la escultura sonora envolvente y esa cierta torcedura en el surco. También se alimentan de experiencias y estados de ánimo profundamente personales, como ejemplifican la inquietante balada electrónica YOU'RE MINE, la cuidadosamente estratificada JUST IN CASE, teñida de polaroid, o la bellamente expresada YEARS TO BUILD. Y a veces, es simplemente un viejo piano desafinado que está en el pasillo: "Cada vez que pasaba por delante de él, no podía resistirme a tocarlo", dice Merijn, "así que Harm decidió empezar a grabar y se convirtió en una parte integral de YOU MADE IT (PART I)". No hay duda: este es el material más potente y orgánico de WEVAL hasta la fecha, lo que significa mucho, teniendo en cuenta la cantidad de habilidades que ya se exhiben en su pequeña, pero pesada cartera.