Umor Rex presenta Eleven Pieces for Synthesizer, una colección de piezas instrumentales para sintetizador del compositor alemán Carl Oesterhelt. Oesterhelt lleva años grabando una mezcla de tradiciones kosmische y clásica en su propio magnetófono de bobina, sobregrabando pilas de equipos analógicos para crear una obra convincente que aporta una nueva profundidad emocional y experimentación rítmica a la sintaxis del sintetizador moderno.

Nacido en Munich en 1968, Carl Oesterhelt ha trabajado en diversos campos a lo largo de una larga e impresionante carrera. Su discografía incluye colaboraciones con las leyendas de la Neue Deutsche Welle FSK, el grupo de música disco intelectual Merricks y las leyendas alemanas The Notwist. Su trabajo en solitario ha ido aún más lejos y ha abarcado música de cámara y clásica contemporánea, música para exposiciones y obras radiofónicas, sin olvidar sus notables colaboraciones con el saxofonista Johannes Enders y el legendario miembro fundador de Faust, Hans Joachim Irmler.

Oesterhelt aumenta su propio arsenal analógico con sintetizadores prestados por amigos músicos, lo que da como resultado casi quince sintetizadores diferentes -algunos en fructíferos estados de deterioro- que aparecen en el álbum. El tema inaugural, "La chapelle de Francis Lai", rinde homenaje al compositor de cine francés con una procesión de órgano de iglesia sintetizado, desintegrando el kraut-funk-noir que emerge en "Poro Secret Society". A continuación, inquietantes efectos sonoros se mezclan con ritmos techno minimalistas en "Makonde Pattern", y -lo más sorprendente- Oesterhelt convierte sus teclas en una ceremonia de tambores subsahariana en "Trinidad Pattern". La gran variedad de Eleven Pieces for Synthesizer es un logro impresionante en sí mismo. Sin embargo, son los instintos de Oesterhelt como compositor los que hacen que estas grabaciones (en gran parte improvisadas) sean tan convincentes. Las tensiones se acumulan y las emociones se agitan a lo largo de cada pieza con una destreza perfeccionada a través de su trabajo para el escenario.

Musicalmente asociado y directamente conectado con la herencia de la electrónica alemana, Eleven Pieces for Synthesizer toca terrenos similares a los de Musik von Harmonia en sus pulsaciones, el Cyborg sónicamente aventurero de Klaus Schulze y Tangerine Dream en su versión más temprana y primitiva. El ritualismo hipnótico de las primeras grabaciones de campo africanas, o la regalidad espiritual de la música de órgano europea también son puntos de referencia clave en la formulación de esta colección. Las composiciones de Oesterhelt han tomado lo musicalmente primitivo y lo emocionalmente crudo y lo han entretejido en un rico mundo sonoro sintético propio.