A lo largo de su productiva carrera, Carl Oesterhelt ha demostrado ser un artista al que le resulta fácil moverse entre géneros y conceptos musicales. Gran parte de su trabajo se ha desarrollado dentro de la música clásica y de cámara, pero también ha sido autor de exposiciones en museos y, en ocasiones, forma parte del equipo de The Notwist como figura angular de la escena muniquesa.

En Umor Rex hemos tenido la suerte de publicar una serie de universos de Oesterhelt. En Eleven Pieces for Synthesizer (Umor Rex 2019) escuchamos su lado kosmische, donde las conexiones con Harmonia o Klaus Schulze se amalgaman con piezas eclesiásticas para órgano e intensos ritmos semiautomáticos. Un álbum profundamente melódico y fresco. Pura sintaxis del sintetizador moderno. Más adelante, en The Aporias of Futurism (Umor Rex 2021), en colaboración con Andreas Gerth (Driftmachine, Tied & Tickled Trio), Oesterhelt mostró el que quizá sea su lado más oscuro, un trabajo lleno de matices dentro de la música concreta y las atmósferas de medianoche. Un álbum tan profundo y cerebral como sorprendente y catatónico.

Sin embargo, parece que Carl Oesterhelt se guarda otro as en la manga. Ahora nos sorprende con The Dualistic Principle, un álbum fantástico lleno de extrañas pero encantadoras melodías electrónicas, ritmos que empujan el cuerpo al movimiento, a veces sincopados y abstractos, otras permanentes y fluidos. En este trabajo, Oesterhelt invitó a Johan Simons a poner voz a las letras. The Dualistic Principle es una especie de revisión filosófica o un recuerdo nostálgico de los años glamurosos. También hay humor subyacente en el surtido Post / Space-pop / Munich-disco. The Dualistic Principle es la partitura de una película imaginaria sobre el hedonismo contemporáneo.